Redacción
La pasada madrugada, las Fuerzas Armadas de Burkina Faso entraron, sin resistencia, en la capital del país, Ouagadougou, para negociar la rendición de los golpistas.
Han pasado cinco días desde que, el 17 de septiembre, el General Gilbert Diendéré, jefe del Regimiento de Seguridad Presidencial y sus hombres detuviesen en la capital del país, Ouagadougou, al Presidente y al Primer Ministro y los pusieran bajo arresto domiciliario, poniendo fin a la transición democrática iniciada en octubre de 2014 con la caída del Presidente Blaise Campaoré tras una revuelta popular.
Este regimiento, que está considerado como un ejército dentro del ejército, es la antigua guardia pretoriana del depuesto presidente Blaise Campaoré y es su comandante en jefe, Diendéré, muy próximo a Campaoré, quien intentó tomar las riendas del país con el golpe de hace cinco días.
Sin embargo, las Fuerzas Armadas finalmente tomaron cartas en el asunto y se pronunciaron a favor del régimen de transición, mediante la emisión de una orden de traslado de todas sus unidades a la capital a fin de obligar a los golpistas a deponer las armas. Las fuerzas regulares hicieron, asimismo, un llamamiento a los cerca de casi mil quinientos efectivos del regimiento a deponer las armas y entregarse a cambio de protección para ellos y sus familias.
La intervención de las Fuerzas Armadas parece haber cambiado la situación pues unas horas después del anuncio del traslado, el llamado Consejo Nacional para la Democracia, la autoridad militar liderada por Diendéré, aceptó un acuerdo auspiciado por la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) por el cual se comprometían a devolver el poder al régimen de transición liderado por Michel Kafando.
El Presidente y el Primer Ministro liberados
Como muestra de buena voluntad, el líder golpista repitió que respetaría el acuerdo que prevé el retorno al poder de las autoridades civiles. Asimismo, Diendéré, afirmó temer que la situación actual conduzca “al caos, a la guerra civil y a violaciones masivas de os derechos humanos” en el país por lo que se ha comprometido a “obrar por la cohesión de ejército”. Además, en su mensaje televisado, el jefe del regimiento de seguridad presidencial ha presentado sus disculpas a la nación y a la comunidad internacional.
Tras su puesta en libertad, el legítimo presidente de Burkina Faso se ha refugiado en la legación diplomática francesa según ha informado el Embajador francés quien ha publicado un mensaje en su cuenta de Twitter en el que confirmaba “con la autorización del presidente Kafando, que está bien en la residencia de Francia”.
El Primer Ministro, Isaac Zida, también ha sido liberado esta mañana y ya ha vuelto a su residencia oficial en la capital.
De vuelta a los Barracones
El mismo lunes, los presidentes de Níger, Mahamadou Issofou, y de Chad, Idriss Déby Itno, exigieron a los militares golpistas de “volver a los barracones” y devolver el poder al régimen de transición.
Por su parte, el presidente francés, François Hollande, llamó “a las fuerzas implicadas en el golpe a deponer inmediatamente las armas y devolver el poder a las autoridades legítimas”. Hollande, además, confirmó que “Francia se reserva la posibilidad de aplicar sanciones contra aquello que se opongan a la celebración de elecciones” y que “la cooperación civil, financiera y militar francesa había sido suspendida hasta la recuperación efectiva de la transición bajo autoridad civil”.
Un acuerdo “vergonzoso”
Durante una entrevista en la radio TFI, el presidente Kafando ha manifestado tener notables “reservas sobre este proyecto de acuerdo” pues no resuelve “los problemas de fondo”. Por su parte, el colectivo ciudadano que lideró la revuelta popular que depuso a Campaoré ha calificado el acuerdo de “vergonzoso”.
El acuerdo no sólo prevé la devolución del poder a las legítimas autoridades civiles sino que, también, establece una amnistía para los golpistas y asegura la participación en las elecciones de candidatos próximos al depuesto presidente Campaoré.
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