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Después de un año de guerra: análisis DAFO desde la perspectiva ucraniana

Ya entrado en el segundo año de invasión aún quedan muchas cuestiones que descifrar, sin embargo, también se pueden sacar ciertas conclusiones con lo visto en los casi trece meses de guerra abierta.

No se visualiza el fin del conflicto. Tanto Kiev como Moscú se ven capaces de decantar a su favor el futuro en disputa por la vía militar. A pesar del éxito de la contraofensiva en el frente meridional, Ucrania se ha encontrado en el Donbas un escenario más complejo. Rusia ha mostrado mejor puesta en escena en este espacio, demostrado con su avance alrededor del enclave de Bajmut. Dicho esto, se pueden señalar ciertos aspectos del último año. Para ello se realizará un análisis DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades), en este caso, desde la perspectiva ucraniana.

DEBILIDADES

– La dependencia con Occidente y la heterogeneidad del armamento

El apoyo occidental ha sido y es fundamental para Ucrania. Desde el armamento hasta en materia de Inteligencia han recibido un respaldo crucial durante cada fase de la guerra para que las fuerzas lideradas desde Kiev se encuentren en la posición actual. Esta realidad no ha cambiado y Ucrania está a merced de las capacidades de la industria de defensa occidental.

Precisamente, en la cuestión de material bélico, a pesar de que haya recibido material modelo OTAN, hay que tener en cuenta que la base del armamento ucraniano es de origen soviético. Tal heterogeneidad en el material militar condiciona su rendimiento, ya que requiere de un proceso de acoplamiento y aprendizaje.

A todo ello hay que sumar la falta de infraestructura. La devastación a raíz de la guerra está dejando a Ucrania sin la base para sostenerse sobre sí misma. Ésto va más allá del plano de guerra. La capacidad de sostenibilidad eléctrica y alimentaria en Ucrania se ha visto reducida, amén de la destrucción que asola a todo el país. Todo ello requiere un apoyo para mantener la economía ucraniana en funcionamiento.

– Deficiencias en la arquitectura estatal democrática para el ingreso en la Unión Europea.

En el plano político, no se puede infravalorar la herencia soviética que Ucrania acopia en sus estructuras institucionales. Sus casos de corrupción desde su independencia en los años 90 han sido múltiples, siendo una de las causas que han entorpecido el giro del país hacia Europa.

El año pasado los 27 dieron el primer paso formal en el proceso de adhesión de Moldavia y Ucrania. No obstante, las naciones candidatas deben cumplir con determinados requisitos, como la independencia judicial o mecanismos legislativos que eviten el tráfico de influencias de las élites oligarcas, algo muy extendido en una estructura social y política de poso soviético. La Comisión Europea es el responsable de valorar que Ucrania cumpla con los requisitos para acceder a la Unión Europea, sin embargo, por el momento, tales condiciones no se han cumplido.

Edificio bombardeado en Irpin (foto: autor)[Imagen 1]

AMENAZAS

– El Donbas no es Jerson, ni Kiev ni Jarkov. La gestión de las expectativas y elegir el momento correcto para sentarse a negociar.

Los últimos meses de conflicto en el frente suroriental han probado que este escenario bélico es diferente a las operaciones vividas durante la reconquista de Jerson y Jarkov o la resistencia de Kiev. Las fuerzas rusas están mejor posicionadas y con unas líneas logísticas más eficientes. La gestión de una estrategia ucraniana acorde a un tablero bélico diferente y una adaptación del discurso serán claves.

Por ahora, el contexto de la guerra aún hace pensar a ambas dirigencias que el teatro bélico aún tiene algo que dar. Es un riesgo para Kiev pasar por alto el momento para sentarse a negociar desde una posición de fuerza. El caso de Crimea es el más delicado, pero el Donbas está dando muestras de ser un frente complejo en el que avanzar. Zelenski ha sabido gestionar la narrativa hacia su pueblo, sin embargo, ha generado unas expectativas sobre la reconquista de todo el territorio ucraniano que se pueden volver en su contra.

– El impacto de las disputas internas entre los órganos de poder ucranianos

Durante el año de guerra han salido informaciones que hablan de ciertas fricciones entre los diferentes organismos de poder ucranianos. Si en un contexto normal es algo habitual las disputas en el ámbito de poder, en un contexto de guerra, se multiplican. Sin embargo, las consecuencias de desunión interna pueden suponer un golpe de efecto negativo en el futuro de la contienda.

Se habla de dos sectores bien diferenciados: el círculo pragmático y el ultranacionalista. El primero está compuesto por el círculo próximo a Zelenski; el segundo lo configuran figuras más vinculadas al ministerio de defensa. Estos últimos se concentran especialmente en el ámbito de Defensa. Ya no sólo en el Ministerio (incluido los servicios de Inteligencia, SBU), sino también en las milicias integradas en las FF.AA ucranianas como la Guardia Nacional o las Fuerzas de Defensa Territorial. Además, también existen variantes dentro de esta vertiente: agrupaciones como el Pravy Sektor o el Hacha Democrática de un tono más liberal, y las facciones extremistas, como el partido Svoboda.

La diferencia de visiones dentro de la Administración respecto a cómo gestionar la guerra va a condicionar los ritmos y términos en unas posibles futuras negociaciones. Unos abogan por asegurar las líneas rojas ante el Kremlin antes de sentarse a negociar, mientras otros apuestan por la vía militar sin concesión alguna; además de las discrepancias sobre la política de defensa, especialmente en relación a la integración en la Unión Europea y la OTAN. Precisamente por ello, Zelenski tendrá que cuidar sobremanera la polaridad entre los diferentes ejes de poder ucraniano. Las discrepancias en el intestino de la Administración puede afectar a la determinación política y militar, de ahi que Zelenski deba atender también a los factores endógenos si quiere salir vencedor del conflicto.

– En caso de ofensiva rusa que el armamento solicitado por Kiev a Occidente no llegue a tiempo.

Se ha hablado de que Rusia lanzará una gran ofensiva tras el invierno en el frente suroriental y Ucrania debe estar preparada ante cualquier escenario. Es una de las razones por las que ha solicitado el envío de carros de combate (MTB, por sus siglas en inglés) a Occidente. Con la aprobación de Alemania finalmente se dio luz verde a la entrega, no obstante, existen obstáculos a tener en cuenta para que verdaderamente se pueda sacar rendimiento de este armamento.

La entrega del nuevo material requiere de un tiempo de adiestramiento y adaptación. El envío de carros de combate es ejemplo de la complejidad de todo el proceso. No sólo la aprobación del envío, sino el aprendizaje de su uso y la logística, así como el material pertinente para su mantenimiento. Todo ello demanda unos plazos, por lo que existe el riesgo de que no lleguen a tiempo para las operaciones en primavera.

– Cambios de estrategias en los Gobiernos occidentales.

Muchos países del orbe occidental viven o van a vivir procesos políticos que pueden influir en la postura respecto a la guerra en Ucrania. Precisamente, España está en año electoral; Alemania tiene un Gobierno tripartito; la inestabilidad del Ejecutivo británico ha sido una constante en el último año; y Estados Unidos no tardará en empezar a preparar las elecciones presidenciales de 2024, un proceso en el cual la guerra en Ucrania puede ser tema diferencial de campaña, más aún si el candidato republicano es Donald Trump.

A pesar de que un cambio drástico en las políticas exteriores respecto a Ucrania parecen improbables, sí pueden suponer un cambio en el tono diplomático, más si las sustituciones en la Administración acontecen en naciones con alto peso internacional.

FORTALEZAS

– Respaldo de Occidente

El apoyo de los países occidentales ha sido fundamental para que Ucrania superara todas las fases de la guerra. Desde resistir la invasión en primera instancia, como alcanzar un punto de equilibrio en muchos espacios del país y, por último, acometer la contraofensiva. El constante y progresivo apoyo occidental a Ucrania ha dejado claro que el respaldo es una realidad de presente, una apuesta que, hasta la fecha, no ha dado muestras de decaer. La aprobación del envío de carros de combate como Leopard  y de cazas, por ahora, desde Polonia – pone de manifiesto que el respaldo occidental mantiene una continuidad con posibilidades de evolución militar.

– La guerra informativa la ha ganado Zelenski

Gran maquinaria informativa desde Ucrania ha sido una baza diferencial. El mensaje ha calado a su población que, a pesar de las carencias, no es un foco de presión para el propio Gobierno. La narrativa de guerra, en la cual Zelenski ha demostrado ser un maestro, ha sabido alinear al pueblo con su Gobierno y enfocar toda la crítica a un enemigo bien diferenciado. Además de señalar a Rusia, Kiev también ha sabido alimentar su narrativa sobre el papel geoestratégico de Ucrania respecto a Europa (se aprecian en la imagen 2).

Cartel expuesto en Kiev (fuente: autor)[Imagen 2]

– Un Ejército que ha ido mejorando su formación desde 2014

A ojos de gran parte del mundo, la guerra comenzó hace poco más de un año, sin embargo, los ucranianos llevan en conflicto desde 2014. Ese año Rusia se anexionó unilateralmente Crimea y comenzó a apoyar a las milicias independentistas del Donbas.

Este contexto ha propiciado que las contingencias ucranianas acopiaran ya ocho años de experiencia en combate antes de sufrir la invasión total en febrero de 2022. A ello hay que añadir todo el apoyo recibido en armamento, asesoramiento operativo y gestión de inteligencia que han sabido adaptar a una doctrina de características versátiles. No es de extrañar que las fuerzas ucranianas hayan mostrado una flexibilidad acorde a las necesidades del contexto y con la intención de maximizar sus capacidades: el uso de UAVs civiles para fines militares es una demostración que ha quedado patente en varios capítulos bélicos.

Por tanto, años de conflicto han convertido a las fuerzas ucranianas en una contingencia experimentada y bien rodada. Pocas FF.AA en el mundo disponen de tal bagaje, un hecho que debe tenerse en cuenta.

– La reputación internacional de Zelenski

La imagen de Zelenski también ha tenido un peso notable en la esfera internacional, más allá del valor estratégico de encumbrar a un líder en tiempos de guerra. Su figura representa una nueva generación de líderes ucranianos, diferente al perfil de sus predecesores, que ha ayudado a dotar al país de una percepción distinta a ojos de Occidente. Esta reputación ha ayudado a dar credibilidad a su proyecto de cara a Europa.

OPORTUNIDADES

– Mejora de las capacidades militares

El respaldo militar occidental a Ucrania ha sido constante. A pesar de ello, en últimas fechas Kiev ha solicitado armamento de más alto nivel. Los carros de combate Leopard son el ejemplo más evidente, a lo que puede que en un futuro se sumen cazas de combate. Si este escenario se cumple, las fuerzas ucranianas pueden dotarse de equipos que en otro contexto sería inviable, y que les va a dar un salto cualitativo en sus capacidades operativas.

Leopard 2A6 (fuente: Wikimedia)

Además, la entrega de armamento de este calibre cumple también con una función de disuasión.

– Entrada en la Unión Europea

Es la posibilidad de dar un giro estratégico a su historia y apuntar su futuro en otra dirección: la ruptura definitiva del cordón umbilical con Rusia. Además, adoptar los parámetros europeos supone el primer paso a cambiar las dinámicas políticas históricas del país, basadas más en círculos de poder y sistemas personalistas.

Además, está el simbolismo definitivo de la guerra: llegar a un punto en el cual Ucrania le demuestre a Rusia que le sale demasiado caro intentar retenerla en su esfera de influencia. Éste puede ser el momento para que Ucrania salga de la órbita rusa de manera definitiva.

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Ambos contendientes tienen diversos incentivos para mantener la lucha armada. De ahí que la diplomacia aún no esté entre sus prioridades. La guerra se alargará, aunque está por ver el tipo y la magnitud de ataque que Rusia pueda efectuar, si finalmente la acomete. Occidente no puede detener su apoyo a Ucrania, pero el desgaste prolongado de todos los actores, directos e indirectos, se hará notar en diferentes dimensiones estratégicas.

Difícilmente Ucrania podrá reconquistar todo su territorio; tampoco Rusia podrá alcanzar sus objetivos originales. Ambos Gobiernos aspiran a una victoria táctica de suficiente calibre para comenzar las negociaciones desde una posición de fuerza y con talante de vencedor. Sin embargo, tal y cómo está desarrollándose la guerra de desgaste en el Donbas, tal escenario parece lejano. La ofensiva rusa que se pronostica dará margen para otras conclusiones.


Analista independiente, especializado en Conflictos Armados, Terrorismo y Geopolítica

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