Redacción.

El secretario de Estado de Defensa presentó ayer a los diferentes grupos políticos en la Comisión de Defensa del Congreso la propuesta para el recorte de 3.850,24 millones de euros en los programas especiales de armamentos (PEAs).

Durante los últimos meses, Pedro Argüelles ha entablado negociaciones con la industria con el fin de reducir los pedidos y retrasar los plazos de entrega (y por tanto también los pagos), de algunos de los veinte programas de armas estratégicos para las Fuerzas Armadas.

Estos programas suponen una factura total de 33.345 millones de euros, a pagar hasta el año 2030, cifra que el Gobierno espera se vea reducida hasta 29.494 millones como resultado de las negociaciones emprendidas con las diferentes empresas de defensa.

Según declaraba Pedro Argüelles, el ahorro será mayor de los que reflejan las cifras netas si se tiene en cuenta el techo de gasto que estableció el anterior ejecutivo, de 36.875 millones de euros, por lo que en realidad se trataría de un ahorro de más de 7.000 millones.

Con este importante recorte en los programas de armamento, Argüelles ha explicado que el ejecutivo pretende «reducir los compromisos de pagos asociados a los PEAs y modular el impacto en déficit de estos programas» así como «que se abra la puerta a la posibilidad de abordar nuevos programas y se ofrezca un escenario de optimismo para la Industria de Defensa Nacional».

Optimismo que difícilmente sentirán los trabajadores de empresas como Airbus Military, Eurocopter, Cassidian, General Dynamics o la ya maltrecha Navantia, con un importante impacto de empleo en España.

Renuncia al nuevo Eurofighter y A400M para la exportación
El ministerio de Defensa ya ha anunciado que no firmará el contrato de la llamada Tranche 3B, última versión del avión de combate Eurofighter, con lo que estaría renunciando a 14 aparatos, por lo que el Ejército del Aire solo tendrá 73.

También se ha aplazado hasta el año 2015 la entrega de 12 aviones, y se reducirá en un número aún por determinar la flota operativa.

Otros de los grandes programas europeos en sufrir el recorte será el avión militar de transporte A400M de Airbus Military, que se ensambla en Sevilla, y del que el Ejército del Aire se quedará con solo 13 unidades de las 27 que estaban pedidas. En este caso, como España había adquirido el compromiso de pago por contrato, el resto de unidades se pondrán a disposición de la empresa Airbus Military para su exportación.

En cuanto a los helicópteros polivalente NH-90, de los 45 que se iban a comprar inicialmente, sólo se adquirirían 22, aunque se les incorporarán a estos aparatos una serie de equipos esenciales no contratados, y el mantenimiento de los mismos, por lo que en realidad, aumentará notablemente el coste del pedido.

Por su parte, el Ejército de Tierra recibirá 117 (de los 190 que inicialmente iban a adquirir), Vehículo de Combate de Infantería (VCI) Pizarro, y sí recibirá los 24 helicópteros Tigre que estaban programados.

Más crédito
Defensa pretende solicitar una cantidad aproximada de 1.000 millones de euros más al año (hasta 2015) para hacer frente a las abultadas facturas que suponen los grandes programas armamentísticos. Parece que no son suficientes los 6.000 millones de presupuesto con los que cuenta Defensa este año.

Ya el pasado año, Hacienda concedió a este Ministerio la cantidad extra de 1.782 millones de euros para el pago de «facturas atrasadas» con la industria de defensa, de manera que se liquidara toda la deuda pendiente.